Creamos un espacio dedicado a brindar refugio, cuidado, atención médica y afecto a perros que han sido maltratados, abandonados o rescatados de situaciones desafortunadas. Cada peludo que hace parte del santuario es nuestro hijo, es Hijo de El Bosque.

No solo buscamos ofrecer un lugar seguro y confortable para los perros, sino que también trabajamos para educar a las personas sobre la importancia de la tenencia responsable, informada, respetuosa y amable hacia los peludos .

Estamos llenos de historias: unas muy duras y otras de pelos! Si algo nos asombra de cada uno de los Hijos de El Bosque, que han sido y son parte de nuestra familia, es su capacidad de pasar la página, de vivir en el presente, de poder olvidar y disfrutar de las segundas oportunidades.

Algunos de los peludos son miembros permanentes del Santuario y otros se encuentran en proceso de rehabilitación o adopción. Te invitamos a que los conozcas y si su mirada te enamora, ellos estarán muy agradecidos del aporte o donación que les quieras con amor regalar.